lunes, 28 de diciembre de 2009

Cuando hacer ejercicio no es tan sano


Las personas adultas que abusan de la actividad física tienen más riesgo de desarrollar artrosis.

Una investigación hecha en Estados Unidos determinó que las personas de mediana edad que hacen mucho ejercicio están más expuestas a padecer de artrosis, la forma más común de artritis.

El estudio afirma que los hombres y mujeres de más de 45 años que suelen practicar actividades de alto impacto, como correr y saltar, podrían estar causando daño a sus rodillas, cartílagos y ligamentos.

En la investigación, que fue presentada en la Conferencia Anual de la Sociedad Radiológica de América del Norte, participaron 236 personas de entre 45 y 55 años. Todos tenían peso normal y ninguno se había quejado previamente de dolores en la rodilla.

El grupo objeto de estudio fue dividido entre quienes desarrollaban una de actividad física baja, media y alta.

Los resultados de la investigación fueron categóricos: el 74,6% de los participantes tenían lesiones en el cartílago y la incidencia del trastorno, así como el grado de la lesión, aumentaban de acuerdo al nivel de actividad física que llevaba a cabo la persona.

También se encontró una relación entre las lesiones presentadas y el tipo de ejercicio que se realizaba.

"Nuestros datos sugieren que la gente con niveles más altos de actividad física podrían estar en mayor riesgo de desarrollar anormalidades en la rodilla, y por lo tanto desarrollar artrosis", explicó Christoph Stehling, director del estudio.

"Tanto éste como otros estudios que llevamos a cabo en el pasado revelan que las actividades físicas de alto impacto y alta carga, como correr y saltar, parecen ser peores para la salud del cartílago".


¿Qué hacer?


Según los expertos, una alternativa más segura es realizar actividades físicas de bajo impacto, como nadar o andar en bicicleta.

"Las actividades de bajo impacto podrían proteger a un cartílago lesionado y evitar que un cartílago sano desarrolle la enfermedad", afirmó el investigador.

"Como todo en la vida el ejercicio es bueno, siempre y cuando se haga en los límites justos", agregó Jesús Tornero, vocero de la Sociedad Española de Reumatología.

Tan sólo en Estados Unidos, donde fue llevado a cabo el estudio, la artrosis afecta a unos 27 millones de adultos, según datos de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades de ese país

lunes, 21 de diciembre de 2009

Científicos mexicanos estudian proteína del poroto para curar el cáncer


La lecitina podría ayudar a los pacientes de cáncer de colon. Tuvo 60 por ciento de efectividad en animales, pero aún no se prueba en humanos.

Un grupo de científicos mexicanos estudia las propiedades de una proteína llamada lecitina existente en los porotos, para ayudar a curar algunos tipos de cáncer, especialmente el de colon, explicó la líder del proyecto, la investigadora Teresa García, de la Universidad Autónoma de Querétaro.

La legumbre, llamada "Phaseolus acutifolius", es cultivada en el noroeste de México y en el suroeste de Estados Unidos. Estos porotos no son utilizados para la alimentación humana por su dureza, pero podrían ser la nueva esperanza para los afectados por el cáncer.

El grupo de doctores y científicos lleva diez años estudiando las propiedades de la proteína lecitina y aún queda tiempo para que pueda ponerse en práctica el fármaco en humanos, explicó García.

Roberto Augusto Ferriz, docente de la Universidad del Valle de México y participante en la investigación, afirmó que “la lecitina se ha aplicado en ratas y se ha observado que en el 60 por ciento de estos animales las lesiones provocadas por los tumores disminuían en un grado muy notable”.

"La ventaja de nuestro producto es que no son moléculas hechas en laboratorio que pueden tener efectos muy tóxicos, sino que se pueden utilizar dosis realmente seguras para las personas y con efectos benéficos para atacar la enfermedad", explicó Ferriz

lunes, 14 de diciembre de 2009

Piel sería "segundo oído" en los humanos


Estudio publicado en la prestigiosa revista Nature concluye que cuando uno escucha a otra persona hablar no sólo atiende a la información auditiva y visual, sino también, de forma inconsciente, a las "huellas táctiles" que ese discurso deja en la piel.

Luego de un minucioso estudio, un grupo de científicos asignaron una nueva función a la piel humana. Claro, porque además de servir de barrera protectora del organismo frente al entorno y de contribuir al mantenimiento íntegro de sus estructuras, el órgano actuaría como un "segundo oído", capaz de recibir sonidos a través de las corrientes de aire.

Este descubrimiento, publicado por la revista Nature, es un gran paso adelante a la hora de comprender cómo los órganos sensoriales colaboran para recibir los sonidos. Además, podría tener importantes implicaciones en el desarrollo de dispositivos de audio para las personas con problemas auditivos, como la sordera.

Según un grupo de científicos de la Universidad British Columbia de Vancouver, dirigido por el profesor Bryan Gick, la gente "oye" a través de la piel las corrientes de aire creadas por su interlocutor al hablar, a pesar de que éstas pasan desapercibidas para el oído.

Son las sílabas aspiradas (como por ejemplo "pa'' y "ta'') las que crean esas corrientes de aire que, según los investigadores, llegan a la superficie cutánea y permiten completar el rompecabezas comunicativo.

Es más, aseguran que cuando un flujo de aire alcanza la piel del cuello y manos de manera fortuita en el mismo momento en que el interlocutor está pronunciando sílabas que no producen ninguna corriente de aire (como por ejemplo "ba'' y "da''), el organismo confunde estas sílabas con las aspiradas (''pa'' y "ta'').

“Cuando uno escucha a otra persona hablar no sólo atiende a la información auditiva y visual, sino también, de forma inconsciente, a las "huellas táctiles" que ese discurso deja en la piel”, explicó el especialista.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Gen masculino sería la causa de vida más corta para los hombres


Esta unidad básica de herencia se transmite a la descendencia a través de la esperma y también sería la responsable de la diferencia de tamaño entre ambos sexos.
Un estudio realizado por investigadores japoneses demostró que la razón de que los hombres vivan menos que las mujeres podría estar en un gen que sólo se activa en el sexo masculino.
Este gen se transmite a la descendencia a través del semen y es el responsable también de que los hombres sean más grandes que las mujeres, una característica que también implica una vida más corta.

Aunque el estudio fue realizado en ratones, los científicos consideraron que las conclusiones obtenidas se pueden aplicar a todos los mamíferos, incluyendo los humanos.

La investigación, realizada por el Instituto Nodai de Investigación de Tokio y publicada en la revista científica Human Reproduction, fue realizada en un grupo de ratones que nacieron a partir del material genético de dos hembras y sin necesidad del aporte genético de un macho.

Un total de 13 ratones "bi-maternales", como se definen en el estudio, fueron producidos a partir de la manipulación de ADN, de manera que los genes en los óvulos de hembras jóvenes se comportan como los incluidos en el esperma, dándoles la capacidad de fecundar.

El material genético alterado fue implantado en los óvulos de ratones hembra adultas para crear los embriones. El resultado fueron 13 ratones con genes heredados únicamente de dos madres sin que hubiera participación del esperma masculino.

Estos ratones vivieron un 33 por ciento más que los ratones con padre y madre, es decir 1.045 días, frente a los 996 días que suelen vivir los ratones nacidos de manera natural.